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CAPÍTULO 1: EL MANICOMIO

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Mensaje  el_laguno_internado Jue Jul 31, 2008 7:54 pm

Todo el mundo la llamaba El manicomio. Y no porque la mansión se pareciese a un centro mental, sino por la historia que la casa escondía: en el año 1957 su propietario se volvió loco y prendió fuego a toda la morada; murieron todos (su mujer y sus dos hijas menores), incluido él. Pero, ¿por qué lo hizo si quería mucho a su familia? Nadie lo sabe, aunque hayan pasado cincuenta años…
Sergio era un chico alto, delgado y guapetón. Tenía quince años y le encantaba la música. Soñaba con llegar a ser cantante algún día.
En aquel momento, estaba sentando en el sofá viendo la tele mientras sus hermanas y su madre ponían la mesa para comer.
-¡Podrías ayudar un poco! -dijo su hermana Lucía-.
-¡Eso! -la apoyó su hermana gemela-.
Sergio les hizo un gesto obsceno con el dedo desde el sofá.
-¡A mí no me hagas eso con el dedo! -dijo su hermana Mónica mientras se acercaba para pegarle-.
En ese momento salió la madre de la cocina con un par de platos vacíos.
-¡Sergio! ¡Mónica! ¡Dejad de pelear! -les ordenó cuando Mónica le estaba dando una bofetada a Sergio y éste se quitaba de encima a la chica a empujones-.
-¡Nos ha enseñado el dedo a Lucía y a mí! -se justificó la muchacha-.
La mujer dejó los platos sobre la mesa y se acercó al sofá. Le dio una colleja a su hijo y volvió a la cocina.
-¡Ah! -se quejó el chico-.
Sus hermanas le hicieron una mueca burlona, y Sergio se disponía a marcharse a su habitación, indignado como estaba, cuando su madre volvió a salir de la cocina y le dijo:
-¿Adónde crees que vas, jovencito? ¡Tú a ayudar como todos! ¡Que no estamos en los tiempos de Cuéntame cómo pasó! ¡Igualdad de sexos, ya! -pronunciado su pequeño discurso, regresó a la cocina-.
Sus hijas la aplaudieron. Sergio no tenía opción.
Mientras el chaval ponía los cubiertos sobre las servilletas, el padre llegó a casa. Se llamaba Pedro.
-¡Hola a todos! -saludó, muy contento-.
El resto de la familia le saludó.
-Tengo una gran noticia -continuó-. ¡Ya me han hecho el traslado del trabajo! ¡Mañana empezamos con la mudanza!
Todos se besaron y saltaron de alegría, aunque Sergio no se acercó a sus hermanas, ni ellas a él.
Después de una semana preparando la mudanza, ya tenían todos los muebles en la nueva casa. Se habían despedido de la antigua y toda la familia iba muy contenta en el coche rumbo a una nueva vida.
Lo primero que hizo Sergio al ver la casa fue acordarse del conde Drácula. La casa daba miedo. Era inmensa, de madera, con un porche, muchas ventanas y torrecillas. Se preguntaba cómo se aguantaba derecha, con lo vieja que era y después de haber sufrido un incendio.
Por dentro era muy acogedora, y no se les hacía extraña al ver los muebles del antiguo piso en la mansión.
Tenían que instalarse en las habitaciones, y como la casa disponía de más de sesenta estancias, podían escoger libremente.
Sergio subió a los pisos superiores, e inspeccionó todas las habitaciones por las que pasaba. Se dio cuenta de que la mayoría estaban amuebladas con los muebles que no se quemaron hace cincuenta años. El chico ya estaba cansado de andar y pensó en quedarse en la siguiente habitación que visitara, pero no lo hizo así.
La siguiente habitación era la única que estaba completamente a oscuras, a pesar de que eran las doce del mediodía. Intentó dar la luz, pero el interruptor no funcionaba. Como le había picado la curiosidad al chaval, abrió la puerta de la habitación de enfrente para poder ver un poco.
Entró en la estancia, con más miedo que otra cosa. Los muebles estaban todos quemados, como las paredes. Se tranquilizó un poco al ver que había una ventana, pero cuando se acercó más vio que sólo era un hueco en la pared. Había espacio enfrente y abajo, pero le daba miedo meter la cabeza. Acercó un dedo al gran hueco, y una sensación terrible recorrió todo su cuerpo. Sintió frío, mucho frío.
De repente, la puerta de la habitación se cerró, y quiso gritar, pero su orgullo no se lo permitía. Corrió hacia la puerta y la abrió; volvía a estar en el pasillo iluminado por la luz del sol. Bajó a ver a su familia con cierta prisa.
Sergio no lo sabía, pero todo había empezado...

el_laguno_internado

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